Yo misma he caído en la trampa del greenwashing: antes de empezar en el zero waste y cuando no disponía de tanta información al respecto era mucho más fácil que me engañaran. Por eso ahora solo apuesto por empresas y marcas que de verdad son eco y que de verdad se preocupan por el medio ambiente. Y es que la sostenibilidad no es solo un truco de marketing: hay empresas que sí cumplen con los requisitos para recibir certificaciones, que utilizan packaging sostenible de verdad, que estudian todas las fases de la cadena de valor y que tratan de reducir el impacto en todas ellas o que solo trabajan con proveedores que compartan sus mismos valores.
Por ello, antes de comprar algo que se promociona como sostenible, infórmate, busca pruebas, etiquetas o certificaciones, no te creas todo lo que dicen y siempre piensa en global, analizando la empresa en su conjunto y no quedándote únicamente con que ofrece una gama de productos sostenibles. Ya que hoy en día rara es la multinacional que no destaca por sus mensajes de compromiso con el planeta; ¡no te dejes engañar!