Mi primer cambio lo realicé hace 3 años, cuando dejé de usar tampones y me pasé a la copa menstrual. En ese momento mi preocupación principal no era ‘medioambiental’ (que también), sino que lo hice más bien por mi salud y la de mi V. Con los años me doy cuenta de la cantidad de dinero y de tampones que he ahorrado al medioambiente con ese pequeño cambio. (Actualización Dic. 2020: el año que viene ya hará 6 años que tengo la copa y sigue perfecta! Para trucos sobre cómo limpiarla podéis ver mi reels)
Pero, ¿qué es una copa menstrual? Si bien su uso se está generalizando, puede que haya mujeres que aún desconozcan esta alternativa. La copa es un recipiente de silicona que se introduce en la vagina durante la menstruación, recogiendo la sangre (en lugar de absorbiéndola como los tampones). Luego simplemente tienes que verter el contenido, enjuagarla con agua y volvértela a colocar.
Pros: ideal para reglas abundantes; la puedes dejar hasta 12 horas y es genial para hacer deporte, nadar o hacer cualquier actividad acuática. Es reutilizable y puede durar hasta 10 años. Ahorras dinero, pues en unos meses ya has amortizado la inversión (que como máximo será de 20€).
Contras: en mi opinión, no los tiene. Pero hablando con amigas y conocidas que también la usan, a veces puedes tardar meses en aprender a colocártela correctamente al 100%. Pero como todo, es cuestión de tiempo y a la que le coges el truquillo es realmente un invento increíble.