El primer cambio que llevé a cabo fue pasarme a los champús, acondicionadores y geles sólidos. Y es que, si te paras a pensar, el principal ingrediente de todos los champús y geles líquidos es el agua, recurso del que ya disponemos en nuestro propio baño; comprando el producto sólido te quedas con la ‘esencia’ del mismo. Otras ventajas de pasarte a lo sólido aparte de que no usas envases de plástico, es que son geniales para viajar, especialmente si no quieres facturar maletas y tienes que llevarlo en tu equipaje de mano. Además, a mi personalmente creo que me duran más las pastillas, porque con los champús líquidos tenía tendencia a ponerme más cantidad de la que realmente necesitaba, así que he reducido mi gasto en este tipo de productos.
1. Empecé con un acondicionador sólido de Lush, concretamente, el acondicionador Jungle. Para aplicarlo, yo froto la pastilla en mis manos hasta que se forma la ‘’crema’’ y la aplico principalmente en las puntas. También puedes frotar directamente la pastilla en el cabello pero, en mi caso, como tengo muchísimo pelo, no me resulta muy efectivo.
Mi opinión sobre este producto: acostumbrarse a un acondicionador sólido requiere un proceso de adaptación. Al principio esperas que tu pelo quede súper suave al instante (porque es como te lo deja una mascarilla o acondicionador líquido), pero la verdad es que el efecto no es inmediato, por lo menos no lo fue en mi caso. Al cabo de los lavados y de acostumbrarme a él, sí que es cierto que mi pelo ha mejorado muchísimo. Además me dura mucho cada pastilla así que, aunque pueda parecer más cara que un acondicionador normal, queda perfectamente amortizada.
2. Posteriormente me pasé al champú y al gel sólido, también de Lush: con el gel nunca tuve mayores problemas, simplemente aplico por todo el cuerpo y me va genial. Con el champú, al igual que con el acondicionador, mi cabello necesitó unos cuantos lavados para adaptarse, pero ahora la verdad es que lo tengo mejor que nunca. Afortunadamente nunca he tenido demasiados problemas con mi pelo (ni caspa, ni pelo excesivamente graso, ni excesivamente seco, tampoco se me cae, etc.) así que tengo la suerte de que casi todo lo que pruebo me va bien. Si no es vuestro caso, os recomiendo que, antes de comprar cualquier cosa, os informéis bien sobre qué productos son más compatibles con vuestras necesidades. Que algo sea natural y/o ecológico no significa que le vaya a ir bien a todo el mundo sin excepción.